sábado, 3 de julio de 2010

Mis cadenas cotidianas


Me sepulta la soledad
Mi sonrisa grita auxilio en silencio
Mis manos se cortan en el frío
Mis ojos pierden la curiosidad
Mi imaginación sueña con estrellas
Mi corazón llora por un abrazo
Mi voz ya no puede cantarte
Mi piel envejece marchita muere
Mis alas se quiebran con el humo
Mi cuerpo siente sus colmillos como espadas
Mis lágrimas caen sin consuelo
Mi noche aprisiona mi libertad
Mi corazón ya no siente tu mirada
Me pides que me aleje
Mi alma perdió tu confianza
Mueres y no puedo salvarte
Mi cuerpo es víctima de sus impulsos
Mis ojos solo ven mentiras y dolor
Muero en tu corazón devorado por el olvido
Mis acompañantes fieras hambrientas fieles acechan
Mi espalda es atravesada por una espada fría
Mi apetito se olvida en la miseria de amor
Mi memoria empieza a olvidarme
Mi voz es la suplica constante
Mi llanto es el de un niño asustado
Mis sueños acosados por la envidia
Mi corazón ahogado en mares de enfermedad
Mi esfuerzo un rompecabezas esparcido por el mundo
Me maldices alimentando mi torpeza
Me aferro a tus brazos como a una esperanza
Mi cansancio el mas maldito traidor
Muero y no puedes salvarme
Mi sepultura la incertidumbre
Mi sorpresa mi condena maldita
Mi tristeza de lo que nunca quise hacer
Mi arrepentimiento la falta de luz
Mis sentidos los de un vampiro
Mi corazón huye de los locos de la soledad colectiva

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