viernes, 16 de abril de 2010

Tu sonrisa

Mis sueños se derriten y caen cada noche como pétalos de cristal que rasgan en las capas incrédulas de la sombras que cubren mis deseos antagónicos de silencio petrificadas y acechantes bestias de la maldad que impiden articular palabra a mi lengua para no poderte expresar ni siquiera un poquito de luz que en mis sueños he de encontrar y que da alguna manera siento que debo regresar, como una especie de ética universal, un ciclo armonioso que jamás se debe violar, como las notas que edifican bellas sinfonías y que justo en el momento deben estallar, vibrar, para los corazones impresionar.
Es la primera vez que comparto este secreto, no es que sea necesario ocultarlo pero tampoco suele ser comprendido en su mas clara pureza puede por el contrario ser comprendida como una forma irreductible de soberbia, lo cual es para mi un motivo suficiente para ocultarlo en lo mas profundo de mi ser conciente. Pero hoy te lo compartiré, no hace mucho, apenas hace unos segundos de vida en que llevo caminando en este cuerpo por este planeta escuché decir que la sonrisa que habitaba en la cotidiana alegría de mi infancia era una sonrisa peculiar, era por así decirlo mas extraña que la comúnmente apreciada en las caritas de las niñas y los niños que en los recientes años habitan este planetita. No es que quiera pasar arrogantemente a contar esta historia, por favor no lo entiendas así. Al pasar de los años cuando me cayeron como cincuenta o sesenta como un pesado yunque sobre mi joven espalda, siendo mi conciencia amedrentada por las palabras de toda persona que yo admiraba al decirme en repetidas ocasiones que yo sabía muchas cosas para ser tan pequeño o que era muy maduro para ser un niño de mi edad, o que era muy inteligente solo por tener la capacidad de escuchar con atención que no era para mi otra cosa que tener curiosidad. Pasados algunos años y después de escuchar estas palabras castrantes, fétidas acosadoras, desoladoras, condenadoras, a los 16 años me sentí con el paso de quien a caminado durante cientos de años viendo pasar guerras, sentir la muerte de cerca, la envidia, los celos, la desesperación, la locura, la avaricia, la lujuria, la condena, la perversidad, la hambruna, y como si fuera la misión universal asignada a mi pequeña alma la sensación de deber, de curar, de sanar, de acariciar, de animar, contagiar la alegría, liberar, decir la verdad, alimentar, amar, en un instante mi corazón el miedo y la responsabilidad experimentó, al mismo tiempo una extraña emoción, la sonrisa aquella sonrisa inocente angelical que muchos días compartían su felicidad dejó de brillar, se suplantó por la voz de quien reclama al mundo desechar la maldad, irónicamente siendo parte de ella al sentir rabia por quienes encausan la injusticia para engendrar el mal. Mis ojos dejaron de contemplar con curiosidad, ahora eran los de quien un defecto al mundo desean encontrar para su rabia poder justificar. Sí me olvidé por mucho tiempo de la magia de quien sonríe sin nada esperar mas que compartir la felicidad con cuanto ser pueda encontrarse al andar.

En nadie mas encontré alguna vez una sonrisa angelical, que pudiese a cualquier ser cautivar, en cuanto de esperar algún día una encontrar, nunca mi mente lo llegó a imaginar. Pero hoy te puedo decir que me sorprende saber que mis ojos encontraron esa parte del cielo olvidado ese pedacito de paraíso que ni los mas grandes filósofos han podido describir con su basto lenguaje. Tu sonrisa me llevó através de mis emociones a imaginar una bella estrella que desprendía rayitos de luz blanca calidos y bellos que sin duda dieron claridad a las tinieblas en que yo andaba. Por ello fue extremadamente genial ese primer segundo verte. Después comencé a ver con mayor interés y mayormente hacia mí con mas cinismo tus dulces labios formando esa suave y tierna sonrisa expresando tremenda alegría, como si no hubiera preocupación es este mundo que pudiera opacarla o amedrentarla.

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